lunes, 11 de junio de 2007

¡Que los cerros bajen!

Hemos escuchado últimamente a altos voceros del gobierno y al presidente mismo convocar a "los cerros" a mantenerse alerta e incluso a bajar para "tomar el Este de Caracas". Y me pregunto: ¿No era a esos cerros a los que ofrecía viviendas dignas? ¿No era el pueblo el primero en beneficiarse de la revolución?

Haciendo un análisis poco profundo, podemos concluir sin mucho esfuerzo que en los planes del usurpador de Miraflores no está ni estará nunca proveer a este pueblo de viviendas dignas, ni de convertir los cerros en urbanizaciones bien diseñadas, ni de permitirle a sus habitantes prosperar para mudarse a un sitio más seguro y cómodo para vivir. Y ésto es un hecho dado que el teniente coronel retirado "necesita" a esos cerros para usarlos como perros sedientos de sangre y venganza en contra de sus propios hermanos.

Pero resulta que había algo que Huguito no calculaba bien, él llegó al poder porque la gente esperaba un cambio, un cambio radical y positivo, pero sólo hemos obtenido un cambio radical muy negativo. Al contrario de lo que él pueda opinar, los cerros están poblados por gente trabajadora que anhela una oportunidad que le permita conseguir un mejor estilo de vida, gente que se levanta antes que el alba y se acuesta mucho más allá del ocaso, gente que se viste con franelas rojas, blancas, azules y biege, no para apoyar un partido político, sino para ir a estudiar, gente que cifraba sus esperanzas en él, y que creían con los ojos cerrados en la revolución, pero quienes ante el hambre, la necesidad, la inseguridad y el desprecio de su comandante han comenzado a abrir los ojos. Estos cerros a los que llaman para violentar, atacar y amedrentar están llenos de gente buena, a quienes dichos actos le parecen tan deplorables como a cualquier ser humano con sentimientos, porque resulta que "los cerros" son pueblo con sentimiento, no una jauría hambrienta que espera una orden para atacar.

Y te lo voy a explicar más claro militarsito fracasado, los cerros no son un sinónimo de muerte (por más que te hayas afanado en tratar de transformarlos en éso), los cerros son el sinónimo más claro y explícito de la palabra vida. Casi dos familias se enlutan en Caracas cada día, sin importar su ubicación en la brújula caraqueña. Norte, Sur, Este y Oeste se ven afectados porque el hampa no pregunta dónde vives, ni cuánto ganas, ni si eres hijito de papá o si trabajas de sol a sol para mantener a una familia numerosa; y sin embargo este pueblo sigue saliendo a trabajar con el mismo ahínco porque de éso se trata la vida.

3 comentarios:

  1. Yo estoy esperando que bajen... es más, quiero que bajen de una vez por todas.

    Entre todos es más fácil hacer limpieza!!!

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  2. Que buen escrito, rllos los desilusionados seran quienes le pediran cuentas. Ojala bajaran y como dice Fuenmita se uniera todo el publo

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  3. Ciudadano era yo que vivo enredada con los dos blogs

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