Arcoiris de mi tierra

De niña aprendí a amar a las personas sin que me importara su color, raza, credo o condición social, éso fue lo que me enseñó mi mamá. Mi hogar era solo el reflejo de nuestra sociedad, así era mi Venezuela, en la que todos nos relacionábamos sin importar el color de nuestra piel, esa es la patria en la que yo nací, en la que yo me crié, en la que parí una hija y a la que muchos me han discriminado solo por ser una joven rubia de ojos azules. Yo soy venezolana como el que más y creo no merecer que ahora por mandato presidencial seamos execradas de la sociedad por no ser mulatas.

El presidente nos dividió, hizo nacer barreras y muros infranqueables entre los ciudadanos de esta tierra, nos separó por colores, por clases sociales, por creencias religiosas, por ideas políticas... esas murallas hoy por hoy comienzan a caer estrepitosamente ante los ojos incrédulos de su creador, ante la mirada atónita “del zambo Hugo”.

Solo hace falta darse un paseo por las marchas de los universitarios para ver que ese arcoiris de colores está presente en nuestra juventud, cómo conviven unos con otros como hermanos, cómo hay cabida para todos, para los negros y los blancos, para los que vienen de las universidades privadas como los de las públicas, para los que viven en barrios y los de las urbanizaciones, no hay distingos ni diferencias, porque todos ellos son hermanos, ¡TODOS SOMOS VENEZUELA!

En el intento de emboscada en el circo romano de la asamblea nacional del jueves 07-06-07, escuché con estupor a una “militante roja-rojita” decir que la mujer venezolana era como ella, con los cabellos rulos y sin pechos... ¡Dios!, ¿será que esta muchachita no sabe nada de historia?. Pues aunque no soy una erudita en el asunto me permito aclararle algunas cositas que estudie en “Primaria”; los aborígenes de esta hermosa tierra fueron los indios, de quienes afortunadamente todavía quedan algunas tribus con su fisonomía y tipología intacta, de manera tal que no hay forma de tergiversar la historia como es costumbre de este régimen. Es decir, esta tierra de gracia estaba habitada por indígenas, de cabellos lacios y el color de su tez es propio, muy lejos de parecerse al de ella.

Ahora bien, como efecto del descubrimiento o arribo de Colón a nuestras tierras, vinieron los españoles, estos a su vez trajeron al negro africano como mano de obra muy fuerte y todos ellos llegaron con su carga genética y junto al indígena formaron lo que hoy conocemos como venezolanos. Nosotros, lo venezolanos somos una hermosa mezcla de todas las razas, aquí hay de todo, desde el blanquito, muy blanquito, hasta el negrito, muy negrito, para decirlo más criollamente, aquí hay desde “el tintico”, pasando por “el guayoyo”, “el marrón”, “el con leche” hasta llegar “al teterito”.

Lo que acabo de exponer no necesita prueba porque es del conocimiento de todos y no hace falta ser muy estudiada para manejar “esa información”. Igualmente siento que hay que aclararle a “la repetidora roja-rojita”, que la mujer venezolano NO es como ella, “la mujer venezolana es caribeña” y como buena caribeña es muy redondita... se gasta buenas pechugas, pronunciadas caderas y exuberantes pompas. Así que mijita, si la naturaleza no fue generosa contigo, no te acomplejes, pídele a tu comandante unas buenas prótesis de regalo y deja el reconcomio.

Mi hijos, mis muchachos, mis estudiantes, mis universitarios, sigan uniendo, sigan incluyendo, sigan hermanando, recuperen la Venezuela que siempre fuimos, en la que ustedes nacieron y se formaron, la que tristemente nos dejamos quitar... Chamos, sigan sumando, en la suma está la fuerza y el secreto, no olviden que el pueblo venezolano es hermano, fraterno y amigo, por naturaleza es bueno y se solidariza ante las desgracias y en estos momentos aciagos que vive el país, cada día se unirá más en una sola voz para no perder NUESTRA AMADA VENEZUELA.

¡Venezuela la tierra de mil colores los apoya!

¡Que Dios me los bendiga!

rctv