Después de un par de años, Chavez apoyado en su imágen de mártir que lucha por los pobres impulsa una campaña política que termina por derrocar a los anteriores partidos aún cuando éstos últimos unen esfuerzos tras la candidatura de Enrique Salas Römer. Así en 1998, las elecciones son ganadas por el nuevo caudillo popular por amplio margen bajo las promesas de un cambio, de no corrupción, de la recuperación de los bienes nacionales que habían sido robados por todos los corruptos que gobernaron anteriormente.
Para este año, todos los muertos del 4F habían sido olvidados y enterrados tras una sonrisa y una actitud firme, bajo toneladas de promesas y amenazas contra la "cúpulas podridas" que habían azotado a los venezolanos durante tantos años.
Sin embargo, resulta que comienza su gobierno y, si bien se ve cierto movimiento, se observa una gran cantidad de ofertas, pero ningún hecho concreto, sin corruptos presos, sin bienes producto de la malversación de fondos del Estado expropiados y especialmente sin limpieza de los poderes públicos.
Conforme pasa el tiempo, nos vamos dando cuenta que todo lo que pudo ser, se convirtió en humo y espejos, es decir en ilusiones de un pueblo que esperaba un cambio y que sólo estaba obteniendo más de lo mismo.
~ Silvarion ~
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