jueves, 20 de febrero de 2014

Y casi 50 años después nos invadieron

En la década de los 60s, ya Venezuela era un objetivo de los hermanos Castro. Sus primeros ataques fueron en 1963, cuando milicias cubanas armadas con armas rusas hicieron estragos en Venezuela, asaltando bancos, el barco Anzoátegui, dinamitando oleoductos y plantas eléctricas y asesinando policías y guardias nacionales. Finalmente en septiembre de 1963 mataron a mujeres y niños en el tren El Encanto.

Pues bien, esa fue la primera vez que “nuestros hermanos cubanos” levantaron sus armas contra nosotros, durante el gobierno de Rómulo Betancourt.

Más tarde, en 1967 desembarcarían una docena de guerrilleros y espías en Machurucuto cuya misión era entrenar guerrilla armada con el fin de derrocar a Raúl Leoni. Sólo dos de los miembros del grupo sobrevivieron y fueron apresados.

Por segunda vez, “nuestros hermanos cubanos” se alzaban violentamente en contra de los venezolanos.

Después de ambos incidentes, aunque Venezuela continuaba entre sus objetivos, los Castro nunca estuvieron en posición de atacar a Venezuela, hasta que apareció Hugo Chávez. Un joven militar con ansias de poder y suficientemente cobarde como para querer tener a quién echarle la culpa, Fidel Castro. Así lo adoctrinaron, lo manejaron a su antojo y una vez que infiltraron todas las líneas de defensa de Venezuela, ejército, guardia nacional, policía y guerrilla urbana, simplemente lo mataron y en su lugar pusieron un simple monigote como Maduro, incapaz de tomar una sola decisión por sí mismo, el lacayo perfecto con mentalidad de esclavo que sería la voz de los Castro en Venezuela.

En el año 2014, el 19 de febrero en la noche, muchos de estos infiltrados salieron a las calles a matar venezolanos, una vez más. Por tercera vez, “nuestros hermanos cubanos” matan a venezolanos sin ningún tipo de represalia o castigo.

Hoy 20F, la tensión se corta en el ambiente. Llega información te toda índole que indica una lucha por el poder que va más allá de la rebelión pacífica propuesta por la oposición. Las hienas se desataron y las víctimas que estén en el camino no serán para ellos sino daño colateral.

Con esto no quiero decir que hay que dejarlos hacer y deshacer a placer, lo que digo es que hay que dejar la inocencia de un lado y ser pacíficos, pero estar preparados.

¡Debes esperar lo mejor, pero prepararte para lo peor!

El hecho es que hoy nos enfrentamos no al gobierno de un pelele como maduro o un asesino sociópata como Diosdado Cabello, sino al gobierno infame de los Castros que 50 años después de su primera intervención abierta contra Venezuela, han efectuado satisfactoriamente (para ellos) una invasión paramilitar que tiene a todas las fuerzas armada nacionalistas de rodillas. Demasiado whiskey y dinero durante más de una década convirtió a quienes deberían ser líderes en una sátira mal hecha de lo que debería ser un militar institucional.

Como ya lo dijera Simón Bolívar: La esclavitud es hija de tinieblas, un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción

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