lunes, 16 de febrero de 2009

Ahora SI se hunde este barco

Pensando y buscando respuestas entre los intrincados zurcos de mi mente pude caer en cuenta del que, sin duda, es el mayor problema de mi país...  Por mucho que nos moleste cuando se ha dicho que lo único que detiene a Venezuela para desarrollarse son los venezolanos, es evidente por los resultados del referendum que es cierto.  Y usted mi apreciado lector, que se sumó al NO rotundo que resonara en los corazones de tanta gente, usted no es de quien hablo.

El mayor problema de Venezuela es el populismo y todos los populistas que viven en él.  Sin pensarlo muchas personas que caen en el fanatismo radical otorgan cheques en blanco al patético tiranillo que habita el Palacio de Miraflores, en la absurda esperanza de que éste les cumpla el millón de promesas que ha hecho y que no dan visos de estar en los planes de los próximos años.

Es justamente ese venezolano, el ingenuo y creyente a ciegas el que ahora sufrirá por encima de todos los demás porque resulta que su ídolo, el omnimintiente Comandante no está en capacidad de afrontar la crisis económica que se le viene encima y ni él ni ninguno de sus asesores tiene la experiencia o las bases adecuadas para formular un plan económico que mantenga al tan mentado "pueblo" alejado de la hambruna que amenaza con echársele encima como un ave rapaz que está al acecho de su presa.

El "Mico-mandante" se ufana diciendo cuántos avances ha logrado en sus cadenas interminables, hablando de socialismo y austeridad, mientras el gasta a manos llenas; hablando de cuántos pobres salen cada hora de sus estado de miseria en Venezuela según sus números, sin ver cómo se multiplican los mendigos, pordioseros e indigentes en esquinas, semáforos, calles, basureros y hasta en el mismísimo Metro de Caracas.

Y es que cada día que pasa, algún típico "vivo" cree que se las sabe todas y sigue violando leyes, dejando de lado el sentido común e irrespetando a quienes están a su alrededor sin darse cuenta que está dando pasos seguros hacia el hundimiento de esta hermosa patria.  Cada uno de esos "vivos" empujan lentamente, pero sin descanso a Venezuela hacia el abismo de la anarquía.

Para finalizar este post, sólo me queda llamarl@s a la reflexión...  A tod@s.  Porque sin la actitud pasiva y permisiva del resto de los venezolanos, los vivos no podrían serlo.  Debemos exigir nuestros derechos y protegerlos contra cualquier agresión, por insignificante que ésta parezca, por que cada coleado, cada semáforo que se ignora, cada corrupto tiene su parte en el camino de Venezuela barranco abajo.