martes, 19 de marzo de 2013

Venezuela después de HChF

Más allá de nuestras preferencias políticas, es evidente desde antes de su muerte, que el antiguo teniente coronel estableció un hito. Un antes y un después de Hugo Chávez.

La Muerte

A pesar de todos los esfuerzos que hizo el alto gobierno por imprimir la idea de bienestar y mejoría de la salud de HCh, la salud del gobernante ausente se deterioraba con el pasar de los días.  De pronto, en un pestañear pasamos de casi 70 días de escuchar sobre su “franca recuperación” a “un empeoramiento de la infección respiratoria” y de allí, en un par de horas a “ha muerto”.

Después de esto, el asunto se ha convertido en un circo en el cual todo el mundo llora, todo el mundo debe ver al difunto y se debe colocar públicamente durante dos semanas para satisfacer el morbo colectivo, apenas a unos días de los reclamos vehementes de violación de la vida privada del presidente ahora ausente de manera absoluta.

Las elecciones inminentes

Vienen elecciones, muy poco tiempo y una campaña prácticamente inexistente es lo que va a marcar el rumbo de los venezolanos.  El aparato electoral gubernamental contó con la mejor de las propagandas, el propio líder supremo diciéndole a sus súbditos por quién debían votar.

Aun me sorprende cómo pueden basar su voto en aquello que quería el mismo personaje que les dijo que estaba completamente curado, el que les dijo que se lanzaba de nuevo para presidente porque su salud estaba en perfectas condiciones.

Y no discuto que sigan sus órdenes, lo que discuto es su última orden.  ¿En serio piensan que Maduro está al mismo nivel que Chávez?  Más aún, me gustaría que se respondieran algunas preguntas:

¿Maduro es capaz de tomar las mismas decisiones que Chávez o mejores?

¿Maduro y su gabinete ministerial que nunca tomaron ninguna decisión por convicción durante 14 años serán capaces de liderar un país que necesita una verdadera guía para evitar una catástrofe económica?

¿Qué les garantiza que Maduro va a darle continuidad al proceso si estuvo mintiendo acerca de la salud del presidente?

Sin embargo, más allá de la respuesta que le hayan dado a estas interrogantes, yo mismo los conmino a votar por Nicolás Maduro, porque aquellos a los que nos preocupa enormemente el futuro del país sabemos que necesitamos llegar a una debacle de proporciones astronómicas para que sus efectos se queden impresos en las mentes de los venezolanos durante algo más de tiempo que sólo un par de fines de semana.

Maduro va a ganar, y con él en la presidencia podremos terminar de cerrar el penoso capítulo revolucionario venezolano, en el cuál se criticaba a quien “vendía el país a los gringos”, pero se aplaudía a quien regala el país a los cubanos, a los chinos, a los bielorrusos, a los iraníes y a cuanto mamarracho aplauda cual foca la retórica gastada del imperialismo y el neoliberalismo que quiere acabar con el mundo.

Lo que viene

Una vez más tenemos a un Henrique Capriles midiéndose contra la maquinaria política gobiernera y lamento enormemente que el sacrificio deba hacerlo él, una vez más.

Nicolás Maduro ganará.  Cuenta con un Chávez omnipresente, porque resulta que ahora “Chávez somos todos”. Ese predicador fundador del chavismo muerto y convertido en un héroe que sacrificó su salud y se convirtió en un santo revolucionario apoya abiertamente a Maduro, dado que eso fue lo último que se escuchó de la viva voz del difunto.

Los chavistas votarán por maduro porque eso les fue ordenado.  No existe ninguna otra razón y no pienso entrar en más argumentos al respecto.

Eso sí, estén claros en que Nicolás no tiene madera de líder, no tiene ideales, no tiene labia, no tiene carisma…  Nicolás lo único que tiene es un montón de votos para el 14A que ni siquiera le pertenecen.

Nicolás no es capaz de consultar con los mejores economistas, educadores, especialistas para resolver los problemas que existen en el país.  Nicolás, que no ha sido sino una triste marioneta durante los últimos casi 3 lustros parecerá una triste hoja en el viento mientras lo consumen los problemas en economía, seguridad, vivienda, salud y educación.

Crónica de una muerte anunciada

Una vez que Venezuela esté de rodillas y que después de 14 años de implementar la soberanía alimentaria no haya comida en Venezuela, que ahora no seamos esclavos de la burguesía imperialista sino que seamos esclavos de la burguesía socialista.  Una vez que hayamos tocado fondo entonces el subconsciente colectivo habrá internalizado que el socialismo del siglo XXI no es sino la esclavitud de la nueva era, donde tu vida no vale más que estar bien conectado con alguien del gobierno para conseguir un trozo de carne, de esos que no se ven en el mercado desde hace meses.  Sí meses, no años.  Porque si algo tiene el venezolano es que le gusta lo bueno, y al socialismo, no.  Y entonces sucederá.  El socialismo del siglo XXI se arrastrará a un foso muy profundo y tardará muchos años en volver a alzar cabeza, si es que alguna vez lo hace de nuevo.

En esta novela, ya estamos en la semana final.  Prepárense para el drama de estas páginas porque los capítulos culminantes prometen ponerse bastante feos.